El Valle de San Vicente se enclava el pueblo del mismo nombre y sus dos pedanías, San Clemente del Valle y Espinosa del Monte.
ARQUITECTURA TRADICIONAL San Vicente es una bella localidad en la que se ha respetado con exquisito gusto la arquitectura popular serrana. Tanto las construcciones antiguas como las nuevas casas han mimado este modelo arquitectónico y ofrecen un conjunto armonioso a la par que pintoresco. Es la villa especialmente acogedora con los visitantes y de hecho lo agradecen explícitamente con un monolito en la entrada del pueblo. Los restos hallados permiten suponer que aquí existió una influyente villa tardorromana, que continuó siéndolo en la época visigótica.
FESTIVIDADES San Vicente celebra sus fiestas patronales en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, así como San Isidro el 15 de mayo. La fiesta de Nuestra Señora en el mes de agosto está ligada a la iglesia de San Vicente
PATRIMONIO MONUMENTAL. Destaca la Iglesia de San Vicente del Valle conserva destacados elementos de las épocas hispanovisigoda y altomedieval, amén de haberse levantado sobre los restos de una villa tardorromana. Las diferentes etapas constructiva permiten pensar que existiese culto continuado que no se interrumpió durante la ocupación musulmana. Los restos visigodos, datables a finales del s.VI, convierten a la iglesia en la más antigua de la provincia que aún se conserva en pie. De este periodo es la nave central y los capiteles de las ventanas, que han sido sustituidos por réplicas, pero pueden ser contemplados expuestos en el interior del templo. De esta época también se conserva una tumba. Posteriormente se añaden el ábside (primera etapa altomedieval) y una sencilla portada en el s.XIII. Además para su construcción se reutilizaron materiales de otras épocas(p.e. estelas funerarias de los siglos I,II y III) que están expuestos también en su interior. Para los amantes del patrimonio más ancestral de la provincia, merece la visita.
Espinosa del Monte
Espinosa se encuentra a 52 kilómetros de la capital burgalesa. Junto a San Vicente y San Clemente del Valle, conforma un único ayuntamiento.
HISTORIA Espinosa del Monte fue uno de los núcleos que se reorganizaron en la alta Edad Media castellana mediante la llegada de vasallos vizcaínos y alaveses a las altas cuencas del Oja y del Tirón. De aquella repoblación mediante hablantes de lengua euskera, quedan en la actulidad los testimonios toponímicos de sus pagos, como la fuente de Lamiturri o Laminiturri, es decir, la fuente de las Lamias, pequeñas deidades o hadas de la mitología vasca que engatusan con su magia a los moradores de estas aldeas. Junto a otros doce lugares, Espinosa conformó el llamado Valle de San Vicente, con jurisdicción de realengo. Sin embargo, el establecimiento en estas tierras de un mayorazgo por parte de los Condestables de Castilla, mantuvo una sujección a estos nobles hasta bien entrado el siglo XVIII. En 1842 Espinosa contaba en el padrón con 9 hogares y 34 vecinos.
PATRIMONIO MONUMENTAL Su iglesia, erigida al menos desde el siglo IX, está dedicada a San Martín Obispo y dependió en la Edad Moderna de la vecina parroquia de Fresneda de la Sierra.
POBLACIÓN Y DEMOGRAFÍA Para diferenciarla de otras Espinosas, denominación muy común, en los siglos modernos y la contemporaneidad se la conoció como Espinosa del Monte en Rioja o simplemente como Espinosilla, debido a su pequeño tamaño. En el 2019 esta pedanía del municipio de San Vicente del Valle, contabilizaba 8 habitantes
San Clemente del Valle
San Clemente del Valle formó junto a otros doce lugares parte del Valle de San Vicente
A San Clemente del Valle se accede por la carretera que conduce de Pradoluengo a Belorado. A cuatro kilómetros de la primera población, se toma un desvío a la derecha, a la altura del antiguo batán e hilatura de Peña Rebuzo y por una carretera asfaltada recientemente se llega a la localidad tras recorrer dos kilómetros.
Desde San Clemente del Valle se puede observar con deleite una de las mejores vistas de la Sierra de la Demanda en su vertiente norte. Rodeada de montes de roble y haya, por la villa discurre un arroyo que surte de agua a las casas, a un magnífico lavadero, varias fuentes y un molino, antes de tributar su caudal en el río Tirón. El casco urbano de la localidad, de origen medieval en forma apiñada, se encuentra en unas condiciones deplorables a pesar de haber constituido en el pasado uno de los pueblos más dinámicos del Valle de San Vicente. San Clemente cuenta con la destacable iglesia de Santa Columba, que mantiene su ábside románico y un magnífico altar, aunque su conservación es muy deficiente. Esta entidad local junto a San Vicente del Valle y Espinosa del Monte conforman un único ayuntamiento. De su antigua prosperidad da cuenta el haber contado con escribano durante gran parte de la época moderna. En el censo de 1857 San Clemente contabilizaba la sorprendente cifra de 419 habitantes, dedicados a la ganadería y a oficios artesanos. Hoy en día, prácticamente se encuentra desahabitada , y tan sólo cuenta con visitas esporádicas por parte de los descendientes de la villa, en 2019 había 4 habitantes censados.