HISTORIA Para conocer los orígenes de esta localidad enclavada en la Sierra de la Demanda hay que remontarse a la Edad Media, época en la que era una de las pocas villas que no dependía de Salas de los Infantes, ya que en el siglo XIV era una de las pertenencias de don Nuño de Lara y don Pedro de Haro; esta situación se alargó hasta el año 1432, época en la cual Carazo pasó a manos de Pedro Fernández de Velasco, que le fue cedida mediante el Monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos.
La villa de Carazo, rodeada por la peña de Carazo y por los montes Soncarazo y el Enebral, fue también ocupada en época romana, de la que aún quedan vestigios en el interior del pueblo, en la zona conocida como la Serna. Antaño, debido a su situación estratégica, estaba cruzada por una gran vía de comunicación construida por los romanos y que unía Clunia con Tritium Magallum.(Fresno de Rodilla)
PATRIMONIO MONUMENTAL Aún se conservan los restos de lo que debió ser una impresionante fortaleza cuya historia arranca en el siglo X, la Torre de Carazo. Únicamente quedan las ruinas de un cubo aislado al noreste y dos en el lado opuesto, unidos por un paramento del que se conserva buena parte, y otros dos al oeste, también unidos por un lienzo. En todos los restos conservados se empleó sillarejo con relleno de cal y canto.
La iglesia parroquial de Carazo, dedicada a Santa Eugenia, data del siglo XVI y en ella destaca su retablo de madera policromada con la imagen de la santa, y su pila bautismal de arte románico.
NATURALEZA Actualmente toda la superficie de su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de los Sabinares del Arlanza, gracias a su gran riqueza natural, patrimonial y etnográfica.