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Barbadillo de Herreros

A Barbadillo de Herreros se llega tomando la sinuosa carretera que une Salas de los Infantes con la localidad riojana de Nájera. Dista 19 kilómetros de la ciudad de los Infantes.

Nada más adentrarse en Barbadillo de Herreros se aprecia la riqueza del pueblo en sus casonas blasonadas del siglo XVIII, mezcladas con las casas típicas serranas de arquitectura popular en las que no falta la tradicional chimenea acampanada. Constituye el pueblo de Barbadillo un conjunto monumental de considerable belleza, ya que a su arquitectura hay que añadirle un maravilloso entorno natural a los pies de la Sierra de la Demanda.

HISTORIA Fue Barbadillo un pueblo eminentemente minero, que siempre ha vivido de sus innumerables minas de hierro, de su famosa ferrería y de la riqueza que esto significó antaño. El paso del ferrocarril minero por la villa, no sólo era fuente de trabajo, sino que ahora, tras un trabajo de recuperación, se ha transformado en una senda de gran interés turístico: la Vía Verde de la Sierra de la Demanda. De tal importancia eran las minas de Barbadillo que iban gentes de diversos lugares a trabajar allí, sobre todo franceses y vascos. De hecho, el insigne periodista y escritor de la Generación del 98 Francisco Grandmontagne, nació en Barbadillo de Herreros, debido a que su padre emigró a estas tierras desde el país vasco-francés. Grandmontagne, injustamente, sigue siendo en España -no así en Argentina- el gran ignorado de la generación más famosa de nuestra literatura.

DEMOGRAFIA Y POBLACIÓN En Barbadillo no sólo se vivió de las minas, había también grandes rebaños de ovejas merinas y muchos de sus pastores eran trashumantes, mientras que las mujeres eran las encargadas de trabajar el campo y atender las faenas de casa. Hacia 1857 la población de Barbadillo alcanzaba las 425 personas censadas (en 2019 contaba con 107).

PATRIMONIO MONUMENTAL En Barbadillo de Herreros destaca como elemento patrimonial su iglesia parroquial. Sobre una base románica, se alza un templo con reminiscencias barrocas del siglo XVII, aunque lo más valioso que se conserva en el templo pertenece al románico serrano, como son la pila bautismal y los capiteles, sin olvidar la talla renacentista de San Sebastián, que se ha atribuido al genial escultor Diego de Siloé. También conserva un valioso retablo de estilo rococó datado en 1760, así como una cruz procesional de gajos de 1560.

Cuenta la villa con la Ermitra de los Santos Cosme y Damián, asentada en un hermoso robledal entre las localidades de Monterrubio de la Demanda y Barbadillo de Herreros (a3km). Data de los años centrales del s XII. Sus elementos escultóricos, con característicos relieves y formas constructivas la sitúan dentro de la escuela de la Sierra (Románico Serrano) , teniendo relación, sobre todo en lo decorativo, con San Miguel de Neila y otros templos serranos.

NATURALEZA Y RUTAS Barbadillo de Herreros posee una de las mayores extensiones forestales de toda la Sierra. Su extenso monte ocupa una superficie superior a las 7.100 hectáreas que constituyen un compendio natural en sí mismas, dada su característica biodiversidad. En ellas hay hayedos, robledales, pinares y también acebos y tejos centenarios en los que encontramos gran variedad de fauna que convierten estos terrenos en una admirable reserva natural bien conservada.

Son muchas las rutas que se pueden hacer desde este pueblo, aunque destacamos la Vía Verde del Ferrocarril Minero que trascurre de Ibeas de Juarros a Pineda de la Sierra.

También merece la pena visitar la antigua ferrería, siguiendo el curso del río entre  salcedas, robles, avellanos, fresnos y algunos chopos nos encontraremos con las ruinas de casas habitadas en la época del ferrocarril y un poco más adelante vemos ya La Ferrería, con el horno en perfecto estado

Desde el entorno conocido como Casa La Sierra, se puede hacer el ascenso a Cabeza Aguilez 2029mtrs (28km ida y vuelta) o al San Millán 2131 (24.6 km ida y vuelta)

Desde este punto también podemos hacer la ruta de las Fuentes del río Pedroso, cuyo nacimiento se localiza a más de 10 kilómetros del pueblo, pero cuya belleza merece el recorrido.