La figura del conde Fernán González, pese al milenio transcurrido desde su muerte, sigue estando presente en esta zona burgalesa.
Se alza la villa de San Millán de Lara en un alto a la ribera del arroyo San Millán, destacando desde la lejanía por lo escarpado del terreno y lo majestuoso del pueblo, construido a la vera del antiguo monasterio creado en torno a la gruta de San Millán. San Millán de Lara se encuentra a 1.068 metros de altitud sobre el nivel del mar, en lo que geográficamente es una zona de transición entre las zonas más elevadas de la Sierra y las Mamblas. Son sus terrenos constituidos por pizarras y cuarcitas del Cámbrico, y sedimentos del Mesozoico; suelos de tierra parda, húmedos. El paisaje es una sucesión de suaves ondulaciones, con abundancia de roble rebollo.
HISTORIA La zona estuvo poblada desde muy antiguo, y los romanos dejaron abundantes huellas de su presencia que han llegado hasta nosotros. No obstante, será en tiempos del conde cuando se inicie la verdadera historia de la localidad. Según la leyenda, sostenida además por distintos hallazgos y referencias documentales, en una cueva semioculta vivió como eremita el propio San Millán. En este lugar, dos siglos más tarde, se construyó un monasterio, llamado de San Millán de Lara, por mandato de Fernán González. Este monasterio benedictino está documentado desde 1059. Dependió en primer lugar de la abadía de Santo Domingo de Silos y, a partir de 1157, por privilegio concedido por Sancho III de Castilla, pasó a ser condominio entre Silos y la catedral de Burgos. Del antiguo conjunto monástico apenas queda nada de su estructura original de corte románico, pero queda la iglesia del desaparecido monasterio.
ARQUITECTURA TRADICIONAL El casco urbano de San Millán está dividido en dos zonas. En la parte alta destacan las casas con la construcción típica serrana, la plaza del pueblo y el rollo jurisdiccional. La arquitectura tradicional serrana, basada en el empleo de la piedra y la madera, muestra aquí excelentes ejemplos. Muchas casas, de dos plantas, se adornan con la célebre chimenea cónica. Estas viviendas, tradicionalmente, suelen tener la cocina y las estancias en la parte superior, destinándose –antiguamente- la planta baja a cuadra y zaguán. Una vez en el barrio alto se divisa perfectamente la iglesia de San Millán y una amplia tierra de campos que en su día fue del señorío del monasterio, y que en la actualidad constituyen fincas particulares, muchas de ellas dedicadas a la agricultura. Dentro del pueblo, antaño ligado a la cercana ciudad de Lara, pueden apreciarse varias inscripciones de la época romana.
PATRIMONIO MONUMENTAL. Iglesia de San Millán: Resulta curioso cómo la gruta en la que se escondió el santo queda perfectamente adosada a la iglesia del antiguo monasterio de San Millán. La iglesia, de construcción románica aunque con posteriores aderezos, está dividida en tres naves, planta basilical, tres ábsides, una torre pegada al muro norte y dos portadas. Se observa a la perfección cómo las portadas, los ábsides y la torre son de marcado corte románico. En la iglesia de San Millán se aprecia la división de estilos de forma clara a la hora de su construcción. Por un lado, destacan las influencias de la escuela de la Sierra y, por otro, un marcado estilo de la escuela silense, lo cual afianza más la fuerte influencia del Monasterio de Santo Domingo de Silos en varios pueblos de la comarca. La nave orientada hacia el norte es paralela a la gruta que originó el monasterio, y en ella se observan claras influencias del prerrománico. Más tarde se levantará el primer edificio de corte románico, de una nave y rematado en un ábside de planta semicircular. Al cabo del tiempo se completarán hasta llegar a las tres naves de la actualidad. Todas las reformas del templo serán iniciadas a partir del siglo XIII. Es reseñable la inscripción que rememora a los constructores del capitel y de una de las portadas, ya que figura el nombre de los artesanos «Benedicto, Miguel y Martín», a quienes ha sido atribuida la reforma acaecida en el 1165.
POBLACIÓN Y DEMOGRAFÍA A mediados del siglo XIX San Millán contabilizaba en su censo 626 habitantes y en el censo de 2019 sólo había 45 habitantes censados (76 si sumamos a las de su pedanía Iglesiapinta)
Es en verano cuando el pueblo recupera todo su esplendor de antaño, porque durante el invierno su población se ve reducida considerablemente.
FIESTAS Y TRADICIONES Las gentes San Millán guardan varias fiestas al año. La más importante es la de su patrón, San Millán, el día 12 de noviembre, pero las más grandes son en honor a San Miguel, el 29 de septiembre, patrón de Iglesiapinta.
NATURALEZA Y RUTAS
El románico y los paisajes de encina y roble y la arquitectura popular son los principales puntos de interés en la Ruta de Juarros y Las Tierras de Lara.
Iglesiapinta
Localidad dependiente de San Millán de Lara, que se ubica al pie de las cumbres más altas de la Demanda.
Una sinuosa carretera (sería de desear que nuestras autoridades recuerden algún día asignar fondos para poder mejorar su firme) que parte de San Millán de Lara nos conduce a Iglesiapinta, localidad de sugestiva denominación y llamativo entorno natural. Iglesiapinta se podría decir que es la última base humana antes de que el viajero entre en territorio natural absoluto, la gran cadena de altas cumbres de la Demanda central, con el destacado núcleo del pico Mencilla. El pueblo, de tradición ganadera, es un conjunto de casitas serranas bastante bien conservadas que se abren sobre todo en vacaciones y fines de semana.