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Hortigüela

La villa de Hortigüela goza de un entorno sin igual que la hace única en la Sierra. Se rodea de un bosque de espléndidas sabinas, protegido por la Sierra de las Mamblas y el monte Gayubar, acantilado con un sorprendente farallón

Hortiguela es un pueblo con un paraje privilegiado y digno de visitar. Además no hay que olvidar las posibilidades turísticas que ofrece, como las brindadas por su coto de caza mayor y menor y la pesca en el Arlanza. Se encuentra al pie de la N-234, Burgos-Sagunto. Dista de Salas de los Infantes poco menos de 11 kilómetros.

PAISAJE Y NATURALEZA. Desde el punto de vista paisajístico y natural, es una localidad que marca el final de las estribaciones de Mamblas y el principio de las Hoces del Arlanza, uno de los rincones de la Sierra más emblemáticos. El Arlanza discurre entre estos acantilados fluviales de colores cambiantes, adornados con la abundante presencia de la sabina albar. Este discurrir del río va acompañado por la carretera que une Hortigüela con Covarrubias. A mitad de camino se encuentra el viajero con otro de los grandes hitos de la Sierra: el monasterio de San Pedro de Arlanza, donde se encuentra uno de los árboles singulares de la provincia de Burgos El Pinsapo de Arlanza.  Más adelante, tomando un desvío a mano derecha dirección Covarrubias, y tras andar un trecho, se llega a Fuente Azul, atractiva formación kárstica. Este paseo de Hortigüela a Covarrubias, bien sea en bicicleta o en automóvil, es digno de ser destacado en nuestra agenda de viajes.

Existe una dehesa en el camino que se dirige a la ladera de las Mamblas, donde podemos encontrar el Roble Grande, unos de los árboles incluidos en el catálogo de árboles singulares de la provincia.

PATRIMONIO MONUMENTAL No se puede hablar de esta villa sin mencionar al monasterio de San Pedro de Arlanza. Este monasterio, a cinco kilómetros del núcleo urbano y dentro de su término municipal, entronca con los eremitas que poblaron la zona del Arlanza y con la historia del conde Fernán González. El cenobio fue elegido por el conde castellano para su eterno descanso, dotándole de innumerables dones. Las obras comenzadas en el año 1080, se iniciaron bajo el imperio del abad Vicente. De su antigua edificación románica sólo ha sobrevivido la torre con sus arcos ciegos, los ábsides y algunas pilastras de la nave de la derecha. De la iglesia reformada al estilo gótico se conserva una parte del primitivo claustro y un patio, que resurge en la parte residencial del convento. El paraje que conforma el antiguo monasterio -una auténtica joya- y sus ruinas estuvieron hace años a punto de sucumbir en favor de un pantano que finalmente nunca se construyó, dejando así al descubierto este formidable monumento y documento histórico. Puede visitarse y cuenta con guía. Es necesario hacer referencia también a la ermita levantada en honor a San Pelayo, una formidable construcción que data del siglo IX y que está asentada en una roca.

Cuenta el pueblo con otros dos eremitorios que están en pie: uno dedicado a San Roque, que se encuentra en medio del pueblo, y otra ermita, la de San Millán, que se alza en un alto cercano al casco urbano. El Ayuntamiento ha abierto un museo etnográfico, llamado del Oso y hecho realidad gracias a las donaciones de los vecinos.

ARQUITECTURA TRADICIONAL  Destaca la villa de Hortigüela por su cuidado caserío de estilo tradicional serrano, entremezclado con las casas de reciente construcción que intentan adaptarse poco a poco para no romper la armonía del pueblo.

FESTIVIDADES Y TRADICIONES as fiestas patronales se celebran en honor a Nuestra Señora y San Roque, el 15 y 16 de agosto, fechas en las que se acude a la ermita en procesión y hay danzas y cantos populares. Al siguiente sábado tiene lugar la romería a la ermita de San Millán.

DEMOGRAFÍA A mediados del siglo XIX contaba con 405 habitantes,en 2019 ,71.

NATURALEZA Y RUTAS Hortigüela está situada en un enclave privilegiado. Es la cabecera del tramo encajonado del valle del Arlanza, que le proporciona una belleza que contrasta con la llanura castellana.

Forma parte del Parque Natural de los Sabinares del Arlanza. Ecológicamente es un espacio de alto valor biológico, con bosques de sabinas, encinas y con una fauna variada. Una de las colonias más importantes de buitre leonado se asienta en este territorio, principalemente en el Valle la Cueva y otros roquedos aledaños.

La naturaleza calcárea del suelo ha propiciado torcas que han dado origen a la espeleología, habiéndose practicado incluso el espeleobuceo en Fuente Azul.

Tiene rutas para senderismo, a pie y en bici, con un área de recreo “El Torcón”, que permite pasar un día de campo, y una situación geográfica que facilita excursiones para contemplar arte y la naturaleza de este territorio.